“Un joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo: Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted.¡Espera! lo interrumpió el filósofo, ¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
—¿Las tres rejas? Sí. La primera es la reja de la verdad.¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? No, lo oí comentar a unos vecinos.
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? No, en realidad no. Al contrario...
—¡Vaya! La última reja es la necesidad.¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? A decir verdad, no. Entonces, dijo el sabio sonriendo, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido”.
REFLEXIONA…
¡Sepultémoslo en el olvido! El pasado es pasado, no puedes vivir con él toda la vida. Las personas que se aferran a lo ya vivido, en la mayoría de las ocasiones, traen a su vida no motivaciones para salir adelante, sino recuerdos que no lo dejan surgir; no se dan la oportunidad de aprovechar el presente, vivir a plenitud y proyectarse al futuro, más aún cuando no son recuerdos de felicidad sino de desdicha. Permite que la vida cada día te premie con un nuevo “hola”, lleno de bondad, de verdad, de momentos que realmente te hagan sonreír. Si vives el día a día con inmenso compromiso personal, familiar y social, sentirás que siempre hay algo nuevo que aprender, que las oportunidades de progreso son cada vez más cercanas y que la vida tiene sentido en la medida que tú le saques el mayor provecho.
“Si vives con los recuerdos amargos del pasado, no te darás la oportunidad de sentir y vivir la dulzura del presente”.
RECUERDA: cada día es una oportunidad para comenzar de nuevo; para hacer del ayer una linda experiencia, del hoy una nueva oportunidad para aprender y del mañana un anhelado sueño en donde todas tus metas se te hagan realidad.
Carlos Eduardo Castiblanco Sierra
Capellán