Dice una linda leyenda árabe, que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. Uno de ellos bofeteó a su amigo. El ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO. Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA. Intrigado, el amigo preguntó: ¿por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?
Él respondió: cuando alguien nos ofende, debemos escribir en la arena donde el viento del olvido y del perdón se encargarán de anularlo y apagarlo; cuando nos pase algo grandioso, debemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento posible en el mundo podrá borrarlo.
REFLEXIÓN
El perdón es el gesto más noble y transparente que expresa lo que hay en el interior de cada persona. Cuando nos damos la oportunidad de perdonar, no le hacemos un favor a aquel (aquella) que nos ofendió, quizá a él (ella) ya se le olvidó lo ocurrido, sino el favor es para nosotros mismos; que, partiendo de ello, encontramos tranquilidad y paz en el corazón. Hay personas que pasan toda su vida con resentimientos, con sed de venganza, con recuerdos oscuros y no se dan la oportunidad de estar bien, de regalarle a su vida estabilidad emocional, de buscar su paz interior, de encontrarse consigo mismo y ver lo diferente que puede llegar a ser y estar.
Recuerda: "Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón". Un grave error que comete el hombre es no saber perdonar, pero, peor aún, es guardar en su corazón sentimientos que le causen tristeza, dolor, malos recuerdos y no darse la oportunidad de encontrar su paz interior. Todo lo que escribas en la piedra de tu vida te hará feliz, lo que escribas en la arena de tu recuerdo te causará dolor si no perdonas de corazón.
Carlos Eduardo Castiblanco Sierra
Capellán